Economía no minera: atrapada en el crecimiento de 1%
TOMÁS FLORES Economista LyD
- T+
- T-
TOMÁS FLORES
El Banco Central reportó los resultados de cuentas nacionales del segundo trimestre del presente año, en donde la economía chilena habría crecido en solo un 1,6% con respecto a igual período del año pasado, en donde la minería lo hizo en 5,5%, mientras que el resto de la economía lo hizo en solo un 1%.
Ahora bien, durante el primer trimestre del presente año, la economía chilena creció en un 2% con respecto al trimestre inmediatamente anterior desestacionalizado, lo cual cambia radicalmente al realizarse la medición para el segundo trimestre, el que exhibe una caída de 0,6%, medida de igual manera. Este brusco cambio de tendencia, junto con una fuerte baja de la inversión, está generando cambios en las proyecciones para el presente año y en la última encuesta de expectativas económicas del Banco Central el guarismo se centró en 2,3%, después de haber llegado a 2,6% en la medición de junio. El Ministerio de Hacienda ya inició también la corrección a la baja y probablemente, en el IPoM de septiembre, lo mismo hará el instituto emisor.
“Las autoridades económicas deben analizar con cautela el escenario de debilidad en las principales economías del mundo, no solo para el corredor de la tasa de política monetaria, sino también para la expansión fiscal del Presupuesto 2025”.
Al revisar los resultados para el G7, que representa el 41% del PIB mundial, vemos que Estados Unidos aceleró su crecimiento en el segundo trimestre, lo cual unido a una rebelde inflación, ha llevado a la Reserva Federal a postergar el inicio de la reducción de la tasa de política monetaria hasta la reunión de septiembre. En el caso del Reino Unido, Alemania e Italia se observa una moderación, aunque en ninguno de ellos hay un cambio tan brusco como lo registrado en Chile.
En China, con un PIB de US$18 trillones, 16,2% del PIB mundial, el cambio de ritmo lo llevó a pasar de un incremento de 1,5% en el primer cuarto del año a sólo 0,7% en el segundo trimestre, proyectándose que durante este año se expandirá en 4,7%, con sesgo a la baja, versus una meta de algo más de 5% establecida a fines del año pasado. Esto explica el cambio en los precios de los commodities y el relumbrón con el cobre a US$ 5 por libra de mayo pasado, bajando rápidamente a los
US$ 4,27 por libra de la actualidad.
Este escenario de debilidad en las principales economías del mundo debe ser analizadas con cautela por parte de nuestras autoridades económicas, no solo para el corredor de la tasa de política monetaria, sino también para la expansión fiscal que será propuesta en el Presupuesto 2025, ya que son crecientes las señales de alerta de la deuda pública y de bajo impacto en los programas de gasto gubernamentales. Así, un presupuesto austero, en donde los programas fiscales mal evaluados inicien su cierre sería bienvenido para amortiguar, en parte, el cambio en las perspectivas futuras.
Por último, en el caso de la inversión, que lleva cuatro trimestres consecutivos en contracción, se conocen todos los días nuevos casos en donde hay proyectos cuyas carpetas son desechadas por el Servicio de Evaluación Medioambiental (SEA) con observaciones y solicitudes de información que parecen, a ratos, solo un pretexto para que los proyectos no se realicen. El caso de los naranjillos para el proyecto canadiense de tierras raras en Penco es un ejemplo de ello. No es posible que por una parte el Presidente de la República realice un llamado a invertir y al mismo tiempo la permisologia hace todo lo posible para impedirlo. En suma, en este contexto internacional se hace cada vez más urgente que la agenda antiburocracia sea tramitada con la máxima celeridad, ya que de otra manera seguiremos creciendo a un ritmo de 1% para la economía no minera.